13 de abril de 2009

11 meses. Un mes lleno de acontecimientos...

Hola amig@s,
Hace tan sólo un mes desde la última vez que os escribí, ¡pero parece que han pasado años! ¡¡Qué de cosas he aprendido!! ¡¡y qué de cosas han sucedido!!

Para empezar he descubierto cuál es mi vocación. ¡¡Quiero ser Famosa!!
Me encanta la gente, y a la gente les encanto yo...

Lo primero que hago es capturar la mirada de mi presa. En cuanto que me mira, me sonrío y vuelvo la cara como con vergüenza. Rápidamente vuelvo a mirar, y ahí sigue mirándome y diciéndome lo graciosa que soy. Y ahora es cuando empieza mi repertorio. Primero le mando un besito, luego le toco las palmitas, y luego le tiro un peito y le digo adios...



Les dejo a todos alucinados, con lo micurria que soy :-)

Además de todas estas habilidades comunicativas estoy haciendo grandes avances con mis pies: ¡¡¡Ya he dado mis primeros 14 pasitos sin ayuda de nadie!!! ¡¡¡y sin malla de seguridad!!!



Dentro de nada no habrá quien me pille...

Este mes ha sucedido algo que no logro entender: ¿qué hacen juntos un pingüino y una princesa??
Pues yo tampoco tengo ni idea, pero cierto día mis padres me pusieron muy guapa y luego aparecieron ellos de esta guisa:
Aquel fue un día extraño. Me pasé la tarde viendo a mis papis de aquí para allá y ví a un montón de gente muy arreglada que quería estar conmigo. Vamos, que aunque no estuve con mis papis, ¡¡yo estuve en mi salsa!! Creo que les robé el protagonismo... guapa que es una...

Un par de días después de aquella tarde hice el primer viaje de mi vida, ¡¡¡me monté en un avión!!! ¡¡no podía contener las ganas de subir a él!!
Tras unas horas volando, no se cuántas porque me quedé dormida, y soportar un ruido tremendo todo el rato (pobrecitos mis oídos) llegamos a un extraño lugar en el que a los autobuses los llaman como llamo yo a los perritos, y donde siempre está nublado y despejado a la vez, depende de a donde mires...
En este extraño lugar viví otra nueva experiencia, la navegación!!
A lomos de mi preciosa ballena rosa surqué las olas de la inmensa piscina del hotel en el que estábamos alojados...

Sí, sí, reconozco que mi cara no era precisamente de alegría y entusiasmo, pero al día siguiente ya le cogí el tranquillo, se me fué el miedo y empecé a disfrutar del líquido elemento hasta el punto de poder relajarme tomándome un refresquito. He aquí una foto que da prueba de ello:
Entre bañito y bañito tuve tiempo de compartir experiencias marineras con mi primer amor de primavera, mi amigo Kaleo, con el que compartí muchos días en aquel lugar.
Como habéis visto, este mes no he parado. Estoy pensando en hacer próximamente esquí o snowboard, espero que caiga nieve pronto en mi ciudad y entonces ya veréis como me las gasto.

¡¡Un besito a todos!!